La gastronomía dejó de ser un complemento del viaje para convertirse en un motivo central que conecta a los visitante extranjeros con la historia, geografía e identidad de cada región. México y Centroamérica se consolidaron como referentes del turismo gastronómico que constituye un sector que combina cultura y economía con cifras en alza.

El turismo en Bogotá creció un 14% anual y así superó los niveles previos a la pandemia de COVID. De esta forma, la capital colombiana se afirmó como uno de los destinos vacacionales más populares e importantes de América del Sur.

La Legislatura de Neuquén aprobó por unanimidad en comisión el proyecto que declara a la ciudad de Junín de los Andes como capital provincial del turismo religioso. Este reconocimiento fortalece la identidad cultural y turística de la localidad cordillerana argentina.

El crecimiento de los alquileres turísticos en España e Italia generó un profundo debate entre autoridades del sector público, residentes locales y empresarios del sector privado. Ambos países europeos, líderes mundiales en llegadas de visitantes extranjeros, registraron un aumento sostenido de reservas a través de plataformas digitales como Airbnb y Booking que transformó la dinámica tanto de sus principales ciudades como de los destinos costeros.

El turismo de lujo en África, tradicionalmente presentado como motor de desarrollo económico por su promesa de visitantes de alto poder adquisitivo y baja huella ambiental, enfrenta cuestionamientos que revelan un panorama mucho más complejo. Investigaciones recientes de la Universidad de Manchester advierten que este modelo no siempre beneficia a las economías locales, genera tensiones sociales y compromete frágiles ecosistemas.


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