Macao, conocida como la “Las Vegas de Oriente”, consolidó su liderazgo como epicentro mundial del turismo de azar, combinando entretenimiento, cultura y hospitalidad en una escala que supera los récords prepandemia. Según datos de la Oficina de Turismo de Macao, la ciudad china recibió más de treinta millones de visitantes durante el año pasado gracias a la reapertura de casinos, modernización hotelera y oferta vacacional diversificada que ya trasciende el juego.

La isla de Jeju, conocida como el Hawái de Corea del Sur, reforzó las medidas de control sobre el turismo como repuesta gubernamental a las conductas inapropiadas que generaron un fuerte rechazo social. Las autoridades locales aplicaron multas económicas y sanciones legales para quienes vioolen las normas de convivencia y atenten contra el entorno natural de este paraíso vacacional asiático.

El gobierno de la ciudad de Kioto, una de las joyas culturales de Japón y uno de los destinos más visitados del mundo, aprobó el impuesto hotelero más alto en la historia del país para regular el turismo masivo y financiar políticas de sostenibilidad urbana. Confirmada por el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones, esta medida entrará en vigor el próximo año como corolario de un debate público con oposición de algunos sectores de la industria nipona de los viajes.

El sudeste asiático se prepara para cerrar un año con cifras históricas en materia de llegadas de visitantes extranjeros con proyecciones optimistas para los siguientes doce meses. Según datos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), la región alcanzará los 145 millones de turistas que representaría un crecimiento del 18% que lo consolidaría como uno de los polos turísticos más dinámicos del mundo.

La aldea de Sigong, en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang en China transformó su economía rural a través del cultivo de lavanda y el desarrollo del turismo comunitario. Así se posicionó omo un referente nacional en la producción de esta planta aromática.


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