El turismo argentino vive un fenómeno de dispersión sin precedentes porque más del 40% de las reservas en Airbnb se concretaron en localidades rurales con seis destinos que recibieron a sus primeros huéspedes en la plataforma. Se trata de Choya en Santiago del Estero, Pomán en Catamarca, Pilagás en Formosa, Atreucó en La Pampa, San Blas de los Sauces en La Rioja y Maipú en Chaco.

Como cada verano argentino, la capital fueguina atrae viajeros nacionales como extranjeros gracias a un ícono del turismo cultural patagónico. El Museo del Fin del Mundo, situado en la avenida Maipú 173 de la ciudad de Ushuaia, le abre sus puertas a miles de visitantes en la temporada estival incluyendo a quienes arriban en los cruceros que llegan de Europa y los Estados Unidos.

Brasil, uno de los países más elegidos por los turistas argentinos, no se limita solo a Río de Janeiro, Florianópolis o Búzios. En los últimos años, creció el interés por destinos menos concurridos que ofrecen experiencias auténticas, precios competitivos y paisajes de gran belleza natural, ideales para quienes buscan escapar de las multitudes y vivir un contacto más cercano con la cultura local.

Una acción que romperá la estacionalidad para atraer visitantes durante los doce meses del año. La ciudad de Buenos Aires presentó la campaña “BA. Abierto todo el año”, una iniciativa que exhibe a la capital argentina como un destino turístico tan vibrante como diverso más allá de la temporada alta.

Bariloche atraviesa un crecimiento sostenido en el segmento de turismo corporativo, con un incremento estimado del 35% en comparación con años anteriores. La ciudad patagónica, reconocida históricamente por su liderazgo en turismo estudiantil, se posiciona ahora también como un polo estratégico para empresas que buscan combinar reuniones laborales con entornos naturales y actividades recreativas.


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