Con una duración estimada de catorce horas con cuarenta minutos, la ruta superará a los actuales vuelos de larga distancia a Frankfurt y Ámsterdam, en Alemania y Países Bajos respectivamente, que promedian trece horas con quince minutos.
La nueva conexión, que luego continuará hacia Shanghái, representa un hito en la política de cielos abiertos del Gobierno nacional y refuerza el interés de aerolíneas internacionales por operar en el país. Los pasajes para el primer tramo Buenos Aires–Auckland ya figuran en el sistema de China Eastern con precios que rondan entre los 2000 y 2400 dólares.
El vuelo se realizará con aviones Boeing 777-300ER, configurados para 316 pasajeros, con seis suites de Primera clase, 52 asientos en Business y 258 en Economy. Esta capacidad y confort apuntan a garantizar una experiencia de calidad en un viaje de tal magnitud.
Para quienes continúen a China, el trayecto total alcanzará casi veintinueve horas de viaje. Tras una escala de dos horas en Auckland, los pasajeros volarán 12 horas y media adicionales hasta Shanghái, completando una conexión estratégica entre Argentina, Oceanía y Asia.
A diferencia de rutas largas operadas por Turkish, Ethiopian, Qatar o Emirates, que incluyen escalas en Brasil, la conexión de China Eastern será el vuelo directo más extenso en la historia aerocomercial argentina.
El anuncio genera expectativa tanto en el sector turístico como en el empresarial, al convertirse en un puente clave para intensificar el intercambio cultural y comercial. Con esta operación, Argentina refuerza su presencia en el mapa global de la conectividad aérea y abre nuevas oportunidades para el desarrollo del turismo receptivo e inversiones vinculadas.
Desde el sector privado, se valoró la oportunidad de diversificar los flujos turísticos hacia el mercado asiático. Matías Esteras, director ejecutivo de Vivaterra DMC, señaló que “esta nueva ruta marcará un antes y un después en las relaciones entre ambos países. Nos acerca no solo en distancia, sino en negocios, cultura y confianza mutua”.
El impacto se extiende al sector agroindustrial, ya que la ruta permitirá facilitar procesos logísticos, supervisiones de calidad y apertura de nuevos mercados gourmet con valor agregado, rompiendo la dependencia de los commodities tradicionales.
Esta conexión se suma a los esfuerzos del gobierno argentino por expandir la política de cielos abiertos, generando condiciones para aumentar el turismo receptivo de mercados no tradicionales y consolidar a Buenos Aires como un hub estratégico de Sudamérica para vuelos intercontinentales.
Con esta nueva ruta directa, Argentina entrará en el radar prioritario del turismo chino y se proyecta como un socio confiable en materia de exportaciones, inversión y desarrollo regional.