Según un estudio elaborado por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came), el impacto económico directo, medido a precios reales, resultó un 70% superior al año pasado ya que los turistas gastaron un promedio diario de 47.913 pesos que fue 16,1% más que en 2023 con una estadía media de 4,1 jornadas.
El incremento en el desembolso está explicado, en gran parte, porque la medición se llevó a cabo sobre un periodo que fue 50% superior a la Semana Santa 2023 que tuvo dos días menos de feriado.
Algunas rutas turísticas colapsaron entre miércoles y viernes con demoras que triplicaron en tiempo al de un viaje normal al mismo tiempo que, por vía aérea, Aerolíneas Argentinas transportó a 282.000 pasajeros.
El turismo de fe, a través de los encuentros religiosos, dominó la escena en cada ciudad de nuestro país siendo acompañado por festivales, competencias deportivas y ferias gastronómicas.
En estos dos primeros fines de semana largos de 2024 ya viajaron 5,8 millones de turistas que desembolsaron 984.526 millones de pesos que equivalen a 1.158 millones de dólares.
Los visitantes procedentes del exterior siguen llegando en forma masiva gracias a que los favorece el tipo de cambio mientras miles de ciudadanos argentinos aprovecharon estos seis días feriados para viajar a países limítrofes, especialmente Chile y Uruguay.
Argentina registró niveles de ocupación que superaron el 90% en más de una veintena de sus destinos incluyendo algunas regiones que agotaron la capacidad máxima de su capacidad hoteleras como de alojamientos en cabañas, hostels y viviendas turísticas.
La ciudad bonaerense de Tandil logró el 98% de ocupación con 10.000 plazas hoteleras mientras Mar del Plata recibió 230.000 visitantes siendo su mejor fin de semana largo de las últimas tres décadas.