Esta medida entrará en vigor durante el otoño boreal para mejorar la satisfacción del cliente en un contexto donde el servicio a bordo se convirtió en un factor clave de diferenciación.
“La comida y la bebida tienen un impacto desproporcionado en la experiencia del pasajero”, explicó Scott O’Leary, vicepresidente de Fidelización y Producto de la compañía, en declaraciones a Reuters. Según el ejecutivo, renunciar a los cargos por alcohol genera más valor percibido que reducir tarifas de equipaje, fortaleciendo así la lealtad del viajero.
El nuevo menú incluye productos de marcas canadienses, como barritas de avena MadeGood en vuelos matinales y chupitos de jengibre Greenhouse en las salidas desde el aeropuerto Billy Bishop de Toronto. Además, Air Canada será la primera aerolínea del continente en servir cerveza sin alcohol a bordo, con la incorporación de Heineken 0.0 a su carta de bebidas.
Sin embargo, el anuncio reavivó un viejo debate en la industria aérea. Según datos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), los incidentes de comportamiento indisciplinado aumentaron de uno cada 1.053 vuelos en 2017 a uno cada 480 en 2023, y en más del 25% de los casos el alcohol fue un factor determinante.
En los últimos meses, episodios como el vuelo de Ryanair de Londres a Alicante, desviado por pasajeros ebrios, o la cancelación de un easyJet en Málaga por disturbios durante el embarque, evidenciaron los riesgos asociados al consumo excesivo.
Por su parte, en los Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación (FAA) registró más de 2.100 reportes de pasajeros problemáticos en 2024, algunos de ellos con derivaciones penales.
Con esta política, Air Canada intenta equilibrar el atractivo de un servicio más generoso con los desafíos de la seguridad a bordo. En un sector donde las aerolíneas low cost cobran hasta por un vaso de agua, la apuesta canadiense busca recuperar el encanto del viaje clásico sin renunciar al control y la prevención.










