El principal atractivo de estas tecnologías radica en su capacidad de procesar grandes volúmenes de información y filtrarla según criterios específicos. Esto merma la sobrecarga de datos que enfrentan los viajeros. Rathi Murthy, directora de tecnología de Expedia Group, señaló que se trata de un aporte decisivo en un contexto donde la abundancia de opciones suele ser abrumadora.
Las versiones más avanzadas, como ChatGPT-4, generan itinerarios detallados, recomiendan restaurantes según restricciones dietéticas o sugieroen actividades adaptadas a las preferencias de cada viajero.
Además, funciones de traducción automática y descubrimiento de destinos poco explorados refuerzan su utilidad para quienes buscan optimizar su tiempo y enriquecer la experiencia de vacacionar en familia, en pareja, con amigos e incluso en solitario.
Sin embargo, los especialistas advierten que la IA debe utilizarse como una guía preliminar y no como la única fuente de información. Aunque puede localizar precios de vuelos o proponer alojamientos, siempre se recomienda corroborar en sitios oficiales antes de confirmar una reserva.

La clave para obtener los mejores resultados está en formular preguntas claras y detalladas. Según Ross Borden, de Matador Network, lo ideal es consultar en la lengua materna del usuario para evitar ambigüedades. Es fundamental indicar la cantidad de personas, las fechas, el presupuesto y los intereses específicos, como turismo gastronómico, actividades culturales o viajes con mascotas.
Los expertos también recomiendan corregir a la IA cuando la respuesta no es adecuada, ya que los sistemas mejoran con la retroalimentación. De esta forma, la interacción se vuelve más eficiente y ajustada a las necesidades de cada viajero.
Con estas herramientas, la IA se consolida como un aliado estratégico en la planificación de viajes, aportando personalización, rapidez y nuevas alternativas que enriquecen la experiencia turística sin reemplazar la verificación final de la información.









