Como corolario de la segunda edición de este encuentro internacional celebrado en la ciudad australiana de Perth, se designó a la asiática Taiwán como próxima sede de este evento global que potencia a las comunidades indígenas para que crezcan económicamente mediante un modelo de negocio turístico sostenible.
Este segmento se posicionó con mayor fuerza en el mercado mundial tras la pandemia de Covid-19 ya que los viajeros optan por vacacionar en espacios al aire libre rodeados de verde para conectarse con la naturaleza.
Además, múltiples aspectos cotidianos de los pueblos indígenas se vinculan estrechamente con el turismo. Los descendientes de pueblos originarios son los mejores guías para exhibir los recorridos desde una perspectiva autóctona y compartir los beneficios del turismo.
Consolidado como uno de los principales destinos de Asia, Taiwán cuenta con dieciséis grupos indígenas y cada uno habla su propia lengua con diferentes estilos de vida, cultura e historia que enriquecerán la experiencia turística de los visitantes procedentes del exterior.
Esta designación fue informada personalmente al ministro del Consejo de Pueblos Indígenas de Taiwán, Icyang Parod, durante su participación en la segunda Cumbre Mundial de Turismo Indígena recientemente celebrada en Australia donde agradeció la confianza depositada en su país que considera un honor que cumplirá con máxima responsabilidad.
Creada en 2012 por seis países, una década después, la Cumbre Mundial de Turismo Indígena se tornó un evento global que promueve los derechos indígenas en la industria de los viajes según lo normado en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.