El balneario número uno de Uruguay disfruta una temporada adelantada con niveles de reserva tan altos que son solo comparables a las estadísticas previas a la pandemia de Covid. A tres semanas del inicio del verano, la ciudad de Punta del Este ya muestra una ocupación casi total en el segmento premium gracias a un tipo de cambio más favorable, la estabilidad del dólar y un pico de recuperación de ingresos en Argentina.
Según inmobiliarias y operadores turísticos, la demanda argentina volvió a ser el motor de este movimiento. Las reservas comenzaron antes, se mantienen sostenidas y abarcan estadías familiares y escapadas cortas, un comportamiento que recuerda a los veranos domésticos de los años previos a 2020, cuando el turismo argentino marcaba el ritmo del mercado esteño.
La mejora del tipo de cambio bilateral y la estabilidad del dólar devolvieron competitividad a Uruguay frente a las temporadas en las que la brecha cambiaria había desalentado los viajes. Un informe del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) confirmó que la recuperación parcial de los ingresos en dólares de los argentinos incide directamente en la llegada de visitantes a la otra costa rioplatense.
En el segmento de lujo, la demanda es tan alta que las propiedades de La Barra, José Ignacio y Playa Brava están casi agotadas para las fiestas y enero. Se trata de casas amplias, con piscina, vista al mar y servicios premium cuyos valores superan los 25.000 dólares por quincena. En tanto, los departamentos céntricos cotizan entre 150 y 600 dólares por noche, según la ubicación y cercanía a la playa.
La Cámara Uruguaya de Turismo proyecta una temporada récord. Su presidente, Fernando Tapia, destacó que “la mejora del tipo de cambio real y de los salarios medidos en dólares en Argentina se traduce en un aumento directo del flujo turístico”. Argentina, que históricamente representa el 65% de los visitantes uruguayos, vuelve a ser el principal impulsor del verano esteño.
El mercado brasileño también muestra señales positivas, tras un año de comportamiento volátil, y consolida a Uruguay como destino regional competitivo y estable.
El aumento de las frecuencias aéreas a Montevideo y Punta del Este, junto con una agenda de eventos internacionales, refuerza las expectativas de récord. Los operadores coinciden en que el verano 2026 superaría los niveles de ocupación previos a la pandemia, incluso en las zonas esteñas menos tradicionales o también en aquellas que se encuentran más alejadas del centro.
Con un clima favorable y una fuerte anticipación en las reservas, Punta del Este se encamina a vivir una temporada excepcional, donde los argentinos vuelven a ser protagonistas absolutos del turismo en el Cono Sur.










