Catamarca impulsó la Ruta del Oeste como circuito clave del turismo estival
Jueves, 25 Diciembre 2025 05:29

Catamarca impulsó la Ruta del Oeste como circuito clave del turismo estival Foto: NoticiasRed

La provincia de Catamarca se prepara para una nueva temporada con una propuesta que combina naturaleza, cultura y aventura: la Ruta del Oeste, un itinerario escénico que atraviesa paisajes únicos y pueblos donde el tiempo parece haberse detenido. Este corredor turístico conecta San Fernando del Valle de Catamarca con Fiambalá siendo una de las experiencias más buscadas del oeste argentino.

El auge de la provincia se reflejó en la última edición de la Feria Internacional de Turismo (FIT) donde operadores y autoridades destacaron el crecimiento sostenido del destino. “Después de la pandemia, el turismo en Catamarca tuvo un punto de inflexión. Hoy la provincia vive un momento de expansión gracias al trabajo conjunto entre municipios y sector privado”, señaló María Laura Moreno, directora de Desarrollo y Oferta Turística.

El recorrido comienza en la capital provincial y avanza hacia el oeste por la Ruta Nacional 60, en dirección a Tinogasta y Fiambalá. Entre ambas localidades se extiende la Ruta del Adobe, un tramo de 50 kilómetros donde se pueden visitar iglesias, casonas y museos construidos con esta técnica ancestral. Las paradas incluyen joyas históricas como la Iglesia de Andacollo y el Oratorio de los Orquera, señalizados y restaurados para facilitar la visita autoguiada.

Tinogasta se presenta como una escala ideal para el descanso y el enoturismo. Allí, el circuito “Tinogasta, Tierra de Sensaciones” propone descubrir los aromas de las hierbas locales y los sabores de la gastronomía regional. En paralelo, las bodegas de altura ofrecen degustaciones de vinos catamarqueños, reconocidos por su pureza y amplitud térmica.

La iglesia de Andacollo es uno de los íconos de la ruta del abobe.

El viaje continúa hacia Fiambalá, corazón del circuito termal y puerta de entrada a las Dunas de Tatón, escenario natural que alguna vez recorrió el Rally Dakar. Desde sus piletas termales enclavadas en la montaña —a 1.750 metros sobre el nivel del mar— hasta los atardeceres sobre la arena, el paisaje combina relax y aventura. “De noche, con las montañas iluminadas y el cielo estrellado, las termas son una experiencia única”, destacó Moreno.

Más adelante, la ruta se eleva rumbo al Paso Internacional San Francisco, uno de los tramos más imponentes de la Ruta de los Seismiles. El camino serpentea entre volcanes que superan los 6.000 metros de altura, lagunas multicolores y formaciones geológicas que parecen de otro planeta. Desde el Balcón del Pissis, los viajeros pueden contemplar las lagunas Verde, Turquesa y Negra, con el Monte Pissis de fondo, en una postal inolvidable de la cordillera catamarqueña.

La conectividad vial ha mejorado notablemente, con rutas en buen estado y opciones de transporte desde la capital hasta Fiambalá. Para las excursiones de altura, las autoridades recomiendan contratar agencias locales que conozcan el terreno y brinden asistencia técnica.

Catamarca dejó de ser un destino secreto. Según los operadores turísticos, cada vez más visitantes llegan desde Buenos Aires, Córdoba y Rosario, además de contingentes internacionales provenientes de Francia, Italia y China. Con su diversidad de paisajes, gastronomía regional y hospitalidad serrana, la Ruta del Oeste se perfila como una de las experiencias imperdibles del verano argentino.

Un lugar de otro planeta que es posible visitar gracias a los prestadores locales.