Según el estudio, los argentinos lideran la demanda de servicios exclusivos en playas del Caribe y Brasil, con estadías promedio de una a dos semanas. Este tipo de viajero valora la combinación entre exclusividad, bienestar, experiencias auténticas y atención personalizada, y a diferencia de otros mercados, prefiere viajar en familia o en grupo, priorizando el confort y la seguridad.
“El turismo de lujo en América Latina ya no se trata de fastuosidad, sino de experiencias con valor emocional, que integran bienestar, conexión cultural y sostenibilidad”, explicó Antonio Fungairino, Head para América Latina y el Caribe de HIC. Según el ejecutivo, los destinos más exitosos son aquellos que logran equilibrar la sofisticación con la autenticidad, ofreciendo propuestas sustentables que generan fidelidad en los visitantes.
La investigación de Hyatt Inclusive Collection subraya que el auge del turismo de lujo argentino se apoya en tres factores: mayor conectividad aérea, inversiones en hotelería de alta gama y diversificación de la oferta gastronómica y cultural. Países como México, República Dominicana y Costa Rica lideran el segmento, mientras que Brasil y Colombia emergen como nuevos polos de desarrollo por su atractivo cultural y ubicación estratégica.

El informe también enfatiza que el potencial de un destino no depende solo de su infraestructura o ubicación, sino de su capacidad para responder a las expectativas del viajero contemporáneo. En este sentido, la voz de los turistas se convirtió en el principal indicador de éxito, orientando las inversiones hacia experiencias centradas en la personalización, la hospitalidad y el bienestar integral.
Para Hyatt Inclusive Collection, el viajero de lujo del siglo veinte busca conexión emocional más que ostentación material. “Los destinos que logren integrar exclusividad, sostenibilidad y autenticidad serán los que consoliden su crecimiento en los próximos años”, concluyó el estudio sobre la situación regional en el segmento de mayor consumo de la industria de los viajes.
Con este escenario, Argentina consolida su papel como emisor clave de turismo premium, aportando un perfil de viajero informado, exigente y dispuesto a invertir en calidad de servicio, confort y experiencias transformadoras. El desafío para la región es mantener ese crecimiento bajo un modelo sostenible, capaz de equilibrar la rentabilidad económica con el respeto por la cultura y el entorno natural.
Este crecimiento no solo evidencia la recuperación del sector tras la pandemia de Covid-19 sino también un cambio en las preferencias de los consumidores porque ahora buscan cada vez más confort, exclusividad y experiencias inmersivas en sus destinos vacacionales.










