El Corredor de la Ruta Azul ofrece fauna marina y naturaleza pura
Lunes, 19 Junio 2023 06:00

El Corredor de la Ruta Azul ofrece fauna marina y naturaleza pura

Es uno de los destinos más importantes de la Patagonia argentina. El denominado Corredor de la Ruta Azul conecta las localidades de la costa de la provincia de Santa Cruz sobre la Ruta Nacional 3 y tiene como nexo turístico el contacto con singulares especies de fauna marina en un ambiente de naturaleza pura sumado a los atractivos geológicos, arqueológicos e históricos.

Bautizado como Corredor de la Ruta Azul en referencia a su cercanía con el mar que adquiere un profundo e intenso color en esta zona austral, este trayecto se extiende desde Caleta Olivia en el norte, próxima a Chubut, hasta Cabo Vírgenes en el extremo sur continental de nuestro país previo paso por Río Gallegos donde confluyen las rutas nacionales 3 y 40.

A sólo diez kilómetros al sur de Caleta Olivia, sobre el Golfo San Jorge donde la Ruta 3 se acerca aún más al mar, hay una colonia de lobos marinos convertida en reserva natural que concentra unos quinientos ejemplares. Se recomienda visitarla haciendo reserva previa en la Subsecretaria de Turismo.

Las distancias patagónicas siempre son largas, más aún al avanzar hacia el sur, por lo que la siguiente parada del recorrido será Puerto Deseado a 215 kilómetros de Caleta Olivia tras un desvío en Jaramillo para recorrer cien kilómetros por la provincial 281.

Vale la pena el viaje, estará recompensado al llegar a Puerto Deseado porque disfrutarás de uno de los mayores paraísos de biodiversidad de la costa patagónica con delfines, lobos marinos y numerosos ejemplares de aves sureñas como el pingüino de penacho amarillo, en la Isla Pingüino, que es la única colonia de acceso continental del mundo.

 

Tanto en la isla como en la ría Deseado -también área protegida- se pueden ver gaviotas, gaviotines, escuás, ostreros, petreles, palomas antárticas y cormoranes roqueros, biguás e imperiales, además de decenas de miles pingüinos de Magallanes.

En el extremo de la ría, donde se une con el agua dulce del río Deseado a 42 kilómetros del pueblo, están los Miradores de Darwin que son las gigantescas formaciones de sus márgenes que el naturalista británico hizo famosos al escribir "no vi lugar más aislado del resto del mundo que esta grieta rocosa en medio de tan extensa llanura".

Desde ahí, el trayecto sigue hasta Puerto San Julián a doscientos kilómetros en línea recta aunque se vuelven cuatrocientos porque la falta de infraestructura vial obliga a retroceder rumbo al noroeste hasta Jaramillo para después retomar el Corredor Ruta Azul y continuar hacia el sur.

San Julián es el lugar donde los europeos tuvieron el primer contacto con los habitantes de nuestro territorio en 1520 cuando arribó la expedición del explorador portugués Fernando de Magallanes. Ahí se exhibe una réplica de tamaño real de su nave insignia, la Nao Victoria.

Esta pequeña urbe también sobresale por su turismo arqueológico hacia el yacimiento La María donde hay decenas de cuevas y aleros con expresiones rupestres de 12.600 años de antigüedad. No hay grandes colonias de especies patagónicas en torno a la comuna, aunque ofrece un circuito costero en el que se puede avistar un buen número de aves de la Patagonia marina.

La siguiente localidad es Comandante Piedrabuena que, si bien se encuentra a más de cincuenta kilómetros del mar, constituye una parada de descanso y aire húmedo al estar junto al estuario que forman los ríos Santa Cruz y Chico al pie de la meseta patagónica protegiéndola de los fuertes vientos del oeste. Desde ahí se puede seguir hacia el sur por la ruta original y a menos de cuarenta kilómetros ingresar al Parque Nacional Monte León que combina las eco-regiones de la estepa y el mar. La fauna terrestre incluye guanacos, choiques, zorrinos, armadillos, zorros y pumas. Al llegar al mar hay una colonia de pingüinos de Magallanes con más de 60.000 parejas y un apostadero de lobos marinos.

Con la bajamar, entre las restingas quedan atrapados pulpos, mejillones, caracoles, camarones, estrellas de mar y cangrejos que sirven de alimento a las aves locales y algunas migratorias como chorlitos y el petrel gigante.

Desde allí, otro largo tramo de más de doscientos kilómetros lleva a Río Gallegos que ofrece su Reserva Geológica Provincial Laguna Azul a 65 kilómetros por la Ruta 3 que tiene un sistema audio-guías vehiculares para el turismo. La última etapa del Corredor tiene 130 kilómetros por la Ruta 40 hasta Cabo Vírgenes cuya reserva natural alberga variada fauna destacándose otra de las mayores pingüineras de Magallanes con 250.000 ejemplares.

Dentro de la reserva, que se extiende hasta Punta Dungeness, se puede visitar el Faro Cabo Vírgenes donde se asentó la primera población europea (española) de la Patagonia, la extinta Ciudad del Nombre de Jesús, recordada con un monumento enclavado en el lugar donde estuvo emplazada hace más de dos siglos.