Reconocido por sus olas perfectas, Mundaka es un paraíso para los surfistas que buscan desafíos en la costa norte de la península ibérica. La calidad de sus olas ha puesto a este pueblo en el mapa mundial del surf, atrayendo a deportistas de todo el mundo. Mundaka es mucho más que un lugar para practicar deportes acuáticos; su ubicación estratégica en la comarca de Busturialdea – Urdaibai, en la margen izquierda de la ría que lleva su nombre, ofrece un entorno natural incomparable que cautiva a quienes lo visitan.

Además de su atractivo natural, Mundaka ha sabido conservar su identidad cultural. El euskera sigue siendo el idioma predominante en la región, y las tradiciones locales continúan adelante como parte integral de la vida cotidiana de sus habitantes. Este equilibrio entre la modernidad y la preservación de su herencia cultural es uno de los aspectos que hacen de Mundaka un destino tan especial.

La historia de Mundaka está envuelta en un aura de leyendas y fábulas que añaden un encanto especial al lugar. Algunos relatos atribuyen el origen del pueblo a Tubal, nieto de Noé, mientras que otros sugieren que los vikingos podrían haber llegado a la región. Sin embargo, una de las leyendas más curiosas es la que habla de una infanta escocesa que, en el siglo XI, encontró en Mundaka una fuente de agua limpia.

Según esta historia, recogida por el cronista Lope García de Salazar en el siglo XV, la expresión latina "munda aqua" habría dado nombre al pueblo. No obstante, el verdadero origen del nombre de Mundaka sigue siendo un misterio, según las fuentes de Mundaka Turismo.

Mundaka no solo destaca por su historia y sus leyendas, sino también por su capacidad para atraer turistas con su ambiente acogedor y paisajes impresionantes, especialmente durante el verano.

Los visitantes que llegan a este rincón del País Vasco se encuentran con un lugar que ha logrado preservar su esencia a lo largo del tiempo, ofreciendo una experiencia que combina lo mejor de la naturaleza, la cultura y la historia.

Este pueblo español se transformó en muchísimo más que un destino turístico; es un lugar donde el tiempoparece haberse detenido porque todo aquel que lo visite se sumergirá en una atmósfera única que fusiona la tradición con la modernidad y al deporte con la cultura.