Tras vencer en 2013, incluyendo una prórroga de un lustro, el poder ejecutivo mendocino no renovó la concesión de Los Penitentes que ahora intentará transformar en un centro abierto los 365 días del año para generar empleo directo sumado a fuentes de trabajo indirecto como, por ejemplo, en alquileres de equipamiento e indumentaria, transporte y gastronomía.
“Tendremos un mejor aprovechamiento del recurso natural mediante una adecuada inversión en infraestructura que involucre al sector privado en la recuperación de los bienes patrimoniales de la provincia, y que ponga sus bienes al servicio y al disfrute del público en general”, se informó a través del proyecto elevado por la gobernación al poder legislativo mendocino.
Consultado por la prensa local, el mandatario provincial aseguró que se emplazará un polo turístico mediante “políticas tendientes a la ampliación de la actividad económica gracias a la facilitación de condiciones que atraigan inversiones; amplíen la matriz económica y generen empleo”.
Al momento que el gobierno provincial tomó posesión del predio en 2018 dando por tierra una nueva prórroga pedida por los antiguos concesionarios, Los Penitentes Centro de Esquí SA inició una batalla legal para seguir explotando el complejo. El juicio se resolvió en la suprema corte local, máximo tribunal mendocino que falló a favor del estado provincial.
A mediados de 2019, la cámara de diputados provincial dio sanción final al proyecto del poder ejecutivo declarando de utilidad pública, y sujetos a expropiación, a los seis polígonos que eran propiedad de la empresa. Estos terrenos se destinarán al desarrollo de un centro de actividades deportivas de montaña. Con la irrupción de la pandemia de coronavirus, el centro invernal dejó de estar operativo.
La localidad de Los Penitentes integra el departamento mendocino de Las Heras, a 170 kilómetros de la capital provincial, sobre la Ruta Nacional 7; a 25 kilómetros del límite internacional entre Argentina y Chile; y a solo 4 kilómetros de la base del Aconcagua, por lo que muchos de los andinistas utilizan sus hoteles en verano para aclimatarse.
Su calidad de nieve y el paisaje de sus formaciones rocosas aparentan una peregrinación de monjes. Ofrece más de trescientas hectáreas esquiables pero no siempre cae suficiente nieve.