Según datos oficiales publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), estos 573.944 visitantes equivalen a poco más de un cuarto de la proyección que el gobierno local estimó en 2.2 millones de arribos.
Aún así, el cálculo estatal inicial también estaba muy por debajo de los casi 5 millones de turistas que cada año elegían a Cuba como destino vacacional en la era pre-Covid.
Sin embargo, Rusia continúa aportando idéntica cantidad de turistas con un promedio de 146.151 viajeros anuales que constituyen el 25% de los extranjeros que llegan a esta isla caribeña mientras, en segundo lugar, se posiciona Canadá seguida de la comunidad cuba en el exilio y los ciudadanos españoles.
En este contexto, el ministerio de economía y planificación cubano anunció que a lo largo de 2022 se recibirá a un total de 2,5 millones de visitantes internacionales cuyo consumo de productos y servicios treparía a 1.159 millones de dólares.
A su vez, el sector turístico estatal prevé concluir este año con 84.906 habitaciones hoteleras, un 5.7% más que el ejercicio previo a pesar de la pandemia.
A principios de febrero durante un encuentro de trabajo con empresarios de España, el ministro de turismo de Cuba, Juan Carlos García Granda, presentó proyectos para construir campos de golf y complejos de actividades acuáticas como parte del plan gubernamental para alcanzar los 6 millones de turistas extranjeros anuales a partir de 2030.
En estos próximos ocho años, la cartera cubana aspira a incrementar su capacidad máxima hotelera para, a fines de 2030, contar con un total de 95.000 habitaciones, 10.901 camas más que en la actualidad.
Con más de mil kilómetros de costas e infinidad de playas, Cuba tiene nueve sitios declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco sumado a catorce parque nacionales y media docena de reservas de biosfera.