La medida implica un cambio profundo en la gestión: se derogan las prórrogas previas y la administración pasa a la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPYN), creada a partir de la fusión de la Subsecretaría de Puertos y la AGP. Este organismo concentrará la gestión de todas las terminales y tendrá amplias facultades para convocar a inversores privados.
Según el proyecto, los espigones 4 y 5 se destinarán al desarrollo turístico, con la nueva terminal de cruceros y un espacio comercial orientado a visitantes y pasajeros internacionales. En paralelo, los espigones 1, 2 y 3 quedarán dedicados en exclusividad a la operatoria de contenedores, buscando mayor eficiencia logística.
El decreto también ordena la situación concesionaria: las Terminales 1, 2 y 3 continuarán bajo la operación de Terminales Río de la Plata S.A., integrada por DP World, LAIF VI LTD y Mitsui & Co., mientras que la Terminal 4 S.A., a cargo de APM Terminals Argentina, mantendrá sus acuerdos hasta 2027. La Terminal 5, en cambio, quedó sin concesión desde mayo de 2024, y será reorientada bajo este nuevo esquema.
Además, la iniciativa contempla estudios para la construcción de una terminal exterior, que dependerá de evaluaciones técnicas, ambientales y financieras. El objetivo es atraer inversiones de gran escala, modernizar la infraestructura portuaria y vincular al puerto de manera más activa con la ciudad.
Con este rediseño, el Gobierno busca no solo mejorar la competitividad logística, sino también impulsar el turismo de cruceros, un sector clave que genera impacto económico directo en hotelería, gastronomía, comercios y servicios locales.