El guardavidas uruguayo Diego González avistó desde la costa, a 1.500 metros en Parada 3 de La Olla, el cadaver del joven argentino de treinta años. De inmediato alertó a la Prefectura local que lo retiró del lugar tras una operación coordinada donde la rapidez y eficiencia fueron clave para manejar la situación con el  máximo respeto y profesionalismo.

Tatuador bonaerense de Bahía Blanca, Franco Toro trabajaba junto a su madre y su novia en un establecimiento gastronómico de Punta del Este durante este temporada estival. En la mañana del fatal  accidente, protagonizó un gesto heroico al intentar rescatar a una mujer que luchaba por mantenerse a flote mientras era llevada por las corrientes más peligrosas de la región y que finalmente fue salvada por una patrulla de la Prefectura.

En su rol de jefe de la brigada de guardavidas de Maldonado, Carlos Curbelo destacó la importancia de la capacitación continua y la experiencia de su equipo, quienes a pesar a no estar en servicio a esa hora -ya que inician su actividad a las 9:30 am— mostró un compromiso inquebrantable con la seguridad de bañistas y visitantes.

Este incidente exhibe la labor esencial que desarrollan los guardavidas en las playas de Maldonado donde el mar suele ser peligros por correntadas tan potentes que doblegan a los más expertos nadadores de aguas abiertas. La comunidad y los turistas deben recordar la importancia de seguir las indicaciones de los profesionales y no ingresar al agua fuera de los horarios de vigilancia para garantizar su propia seguridad.

La tragedia de Franco Adrián Toro es un recordatorio sombrío de los peligros del mar al mismo tiempo que demuestra el trabajo vital de los guardavidas que garantizan que las playas uruguayas sean lugares seguros para todos.

Fruto de la inversión de 4,5 millones de dólares que realizó la intendencia de Maldonado, los guardavidas de las playas de ese departamento uruguayo le salvaron la vida a 69 bañistas y recuperaron a una decena de niños que se extraviaron de sus padres en el lapso de 45 días desde el pasado 1º de diciembre hasta la primera quincena de enero de 2024.

Como forma de prevenir eventuales inconvenientes en el agua, la Intendencia de Maldonado recomendó a los bañistas que concurran a las zonas habilitadas respetando las indicaciones relativas a las banderas que señalizan las condiciones de cada playa. 

“Los socorristas se encargan de la prevención, rescate y salvamento aplicando técnicas de auxilio -ya sea manuales o mecánicas- para contrarrestar las consecuencias de los eventuales accidentes que sufran los usuarios de las playas habilitadas”, explicó el intendente de Maldonado, Enrique Antía.