El gobierno argentino anunció que comenzará a abrir progresivamente los pasos fronterizos con países limítrofes a partir de octubre, autorizando el ingreso a turistas extranjeros. Con esta medida, los ciudadanos argentinos podrán planificar sus vacaciones en destinos como Uruguay o Chile. Pese a esto, la situación económica y la diferencia de precios en las distintas regiones serán un factor importante a tener en cuenta para aquellos que decidan visitar estos lugares.
Diferencia de precios
Comida: el costo promedio de un combo de hamburguesa, papas y bebida de las reconocidas cadena rápida es de US$ 3,8, según un informe que realizó C5N. En caso de tomar un promedio del valor del dólar turista ($170) y el informal ($185), esa comida tendrá un costo de 684 pesos argentinos. Sin embargo, el mismo producto en Chile saldrá 7 dólares ($1260) y en Uruguay 8,23 dólares ($1480).
Combustible: El litro de nafta súper en Argentina cuesta US$ 0,57 por lo que, trasladado a pesos locales, promedia los $91. En tanto, en Uruguay el litro del mismo combustible costará US$ 1,37 ($247) y en Chile el US$1,10 ($198). El cambio significará un gran atractivo para el turista extranjero que pretenda desembarcar en el país, mientras que visitar regiones vecinas será una tarea muy difícil para el ciudadano argentino.
Transporte público: El turista proveniente de otro país se verá beneficiado en el uso del trasporte público, según la base datos de Numbeo, sitio que recopila información sobre los costos de vida de ciudades de todo el mundo. En CABA, un pasaje ronda los USD $0,13 ($23,40) mientras que en Montevideo costará USD $0,94 ($170), en Río de Janeiro USD $0,96 ($172) y en Santiago USD $1,02 ($183).
Alquiler: En Buenos Aires un departamento de un ambiente para dos personas por dos semanas en el centro porteño ronda los USD $86,2 ($15.500). En la capital uruguaya costará US$229,2 ($42.000) ; en Río US$173,6 ($31.000); y en la principal ciudad del país trasandino US$214,65 ($38.000).
Este escenario significará que algunos sectores serán beneficiados con un potencial ingreso masivo de dólares al país, siendo Buenos Aires una de las ciudades de la región con oferta de turismo más barata. Sin embargo, también dejará en evidencia el deterioro constante de la moneda local y la pérdida de poder respecto a los países vecinos