1 No elijas plásticos de un solo uso
Sin importar que lo utilices escasos minutos, un artículo plástico demora más de mil años en degradarse. Optá por botellas y bolsas reutilizables ayudando a reducir la cantidad de desechos tanto en el océano como otros hábitats.
2 Consumí la cantidad de agua mínimamente indispensable
Los turistas suelen usar mucha más agua que los residentes locales. Con un número creciente de lugares que experimentan escasez de agua, racionarla permitirá que otras personas también puedan beber; bañarse y lavar sus prendas.
Si renunciás al cambio diario de sábanas y toallas en hoteles se ahorrarán millones de litros de agua al año.
3 Adquirí productos y servicios locales
Cuando compramos en comercios del destino que visitamos se impulsa la economía regional, su comunidad y se reduce la huella de carbono del transporte de mercancías. Sucede lo mismo al consumir alimentos cultivados en la ciudad o localidad en que se encuentre.
4 Utilizá un operador turístico ético
Las operaciones turísticas involucran personas, logística, proveedores y transporte que son eslabones de una cadena que impacta positiva o negativamente en el medioambiente.
Si elegís un guía o agencia de viajes aseguirate que priorice el medioambiente utilizando los recursos de manera eficiente sin dejar de respetar la cultura local.
5. No alimente a los animales
Compartir alimentos con la fauna autóctona o acercarse para acariciarlos aumenta la posibilidad de propagar enfermedades como resfríos, gripe y neumonía de los humanos a los animales.
Además, cuando los animales se acostumbran a recibir alimentos de los humanos, sus comportamientos naturales se alteran volviéndose dependientes de las personas para sobrevivir. En algunos casos, también puede derivar en reacciones violentas por parte de los animales.
6. Tampoco te comas a estos animales autóctonos
Al crear la demanda, el consumo de animales exóticos o en peligro de extinción conduce a un aumento de la caza furtiva, el tráfico y la explotación de animales. No contribuyas a la extinción de especies ya amenazadas por el cambio climático y la pérdida de hábitat.
Consideralo al comprar productos locales elaborados en base a la vida silvestre en peligro de extinción.
7 Compartí los viajes
El transporte es una de las principales causas que generan huella de carbono. En lugar de taxis privados, viajá en transporte público como trenes, colectivos y taxis compartidos.
También podés optar por trasladarte en bicicleta que no contamina, mejora tu calidad de vida y permite disfrutar del paisaje como no lo harías desde ningún otro medio de locomoción.
8 Alojate en la casa de una familia
Hospedarse con un residente local o una familia es una opción amigable con la naturaleza que te permite conocer de cerca la cultura y las costumbres locales. Abonarías menos que un hotel pero esos ingresos son vitales para el grupo familiar.
9 Informate sobre todo lo relativo al destino que visitarás
Conocer de antemano donde vacacionarás, te permitirá sumergirte mejor en las tradiciones y prácticas locales apreciando su cultura e historia sin que nada te pase inadvertido. Con la información adecuada, explorarás el destino de una manera más sensible y sorprenderte.
10 Visitá parques nacionales y santuarios
Conectate con la naturaleza y la vida silvestre a través de los parques nacionales, así aprenderás sobre los animales y sus ecosistemas de primera mano. En algunos casos, su tarifa de acceso solventa las tareas de conservación que protegen las especies y los paisajes y preservan estos espacios naturales para que disfruten todos los viistantes.
Arrojá la basura en su lugar evitando ensuciar, no quites ni alteres nada sin permiso previo. Asegurémonos de dejar solo huellas suaves y ninguna que sea del tipo ambiental.