Viajar a la ciudad estadounidense de Nueva York con hijos adolescentes es solo una experiencia turística para compartir miradas y disfrutar la magia de la Gran Manzana. Entre luces, rascacielos, arte urbano y comida de todos los rincones del planeta, existen un sinfín de planes pensados para disfrutar juntos tal como a continuación te contamos.
1. Caminar sin rumbo (pero con curiosidad)
El mejor itinerario en Nueva York empieza sin mapa. Desde Times Square hasta Bryant Park, pasando por el High Line, cada esquina ofrece algo distinto: un artista callejero, una exposición improvisada o un food truck irresistible. Los adolescentes suelen disfrutar de esa libertad de explorar y sacar sus propias fotos “de película” para las redes.
2. Museos con actitud joven
Más allá del clásico Metropolitan Museum of Art, hay opciones que fascinan a los teens. El Museum of Modern Art (MoMA) es perfecto para quienes disfrutan del diseño, la fotografía y las obras icónicas de Warhol o Van Gogh. Para los más curiosos, el American Museum of Natural History —donde se filmó Una noche en el museo— siempre es un acierto.
3. Cultura pop y barrios con estilo
Un recorrido por Brooklyn se impone. El barrio de Williamsburg mezcla tiendas vintage, murales, cafés y música en vivo, ideal para descubrir el lado alternativo de la ciudad. En SoHo, las vidrieras de diseño conviven con galerías emergentes y locales de streetwear.
4. Comer como un local (y probarlo todo)
La comida neoyorquina es un viaje en sí mismo: desde los bagels de desayuno hasta las pizzas gigantes de Greenwich Village o los dumplings del Chinatown. Polnoroff asegura que comer en mercados como Chelsea Market o Smorgasburg en Brooklyn se convirtió en uno de los mejores momentos del viaje: “Comer con mi hijo, sentados al sol, hablando de la vida, fue el mejor souvenir”.

5. Miradores para compartir un momento único
Ver la ciudad desde arriba es una experiencia inolvidable. El Edge, en Hudson Yards, ofrece una terraza de cristal suspendida en el aire. El Top of the Rock, en Rockefeller Center, permite ver el Central Park en todo su esplendor. Y al atardecer, el Empire State Building sigue siendo un clásico que emociona.
6. Momentos que quedan grabados
Nueva York invita a conversar, caminar y disfrutar sin prisas. Cada trayecto en metro, cada parque o café puede convertirse en un espacio de complicidad. “Viajar con un adolescente es mirarlo de nuevo, redescubrirlo en otro contexto. La ciudad te ayuda a hacerlo, porque te saca de la rutina y te pone frente a lo esencial”, reflexiona Romina.
Al final, más allá de las fotos o los lugares icónicos, quedan los momentos compartidos. Nueva York ofrece el escenario perfecto: una ciudad que vibra, inspira y enseña que los mejores viajes no se miden en kilómetros, sino en conversaciones que duran para siempre.
Primera entre un centenar de urbes norteamericanas con más de medio millón de habitantes cada una, Nueva York encabezó este ranking por noveno año consecutivo gracias a sus condiciones de habitabilidad, prosperidad y oportunidades laborales. La ciudad de los rascacielos se llevó los mejores puntajes también por sus sitios de interés que la vuelven un lugar ideal, no solo para quienes decidan instalarse y vivir en ella, sino también para ser visitada en plan vacacional.
El relevamiento destacó que Nueva York ofrece grandes atractivos como sus monumentos, arquitectura, parques, sitios de interés cultural, de esparcimiento y sus variados centros comerciales son capaces de satisfacer las exigencias de quienes llegan en busca de sofisticación y exclusividad, como así también del público masivo.










