Un estudio de la Universidad de California en Santa Cruz, basado en datos de eBird y realizado en 155 países, reveló que los beneficios económicos de esta actividad no se distribuyen de manera uniforme. Entre los factores que determinan los destinos elegidos se destacan el número de especies pequeñas, la biodiversidad total, el Índice de Paz Mundial y el Índice de Desarrollo Humano.
Colombia se consolidó como líder indiscutido, con casi 2.000 especies de aves y un crecimiento cuarenta veces mayor en los días de observación entre 2010 y 2022. Su infraestructura turística, reservas protegidas, guías especializados y campañas de marketing de ecoturismo explican este posicionamiento.
El segundo destino más popular fue Sudáfrica, mientras que México, Costa Rica, Perú, Brasil y Ecuador también figuran entre los países preferidos por los observadores de aves. En contraste, lugares con gran capital ornitológico como Venezuela, Bolivia, Madagascar y Papúa Nueva Guinea reciben una cantidad baja de turistas especializados, en parte por la falta de seguridad e infraestructura.
La investigación indica que el número de especies ya no es la única prioridad. La seguridad y la infraestructura básica pesan cada vez más en la decisión de los viajeros. Países como Colombia y Costa Rica supieron invertir en ambos aspectos, mientras que México capitaliza su proximidad al mercado estadounidense, de donde proviene la mayoría de los turistas ornitológicos.

Argentina aparece en el puesto undécimo a nivel global entre doscientos países, consolidándose como un destino con potencial de crecimiento en esta actividad, gracias a la diversidad de ecosistemas que van desde la Patagonia hasta el litoral.
Para atraer más visitantes, los investigadores recomiendan subvenciones para senderos y torres de observación, inversión en conservación de hábitats, formación de guías locales y programas de certificación. También destacan la importancia de involucrar a las comunidades e impulsar empresas de turismo sostenible gestionadas a nivel local, priorizando los beneficios de largo plazo sobre las ganancias inmediatas.
El auge del turismo ornitológico confirma que la observación de aves dejó de ser una actividad de nicho para transformarse en un motor de conservación, desarrollo económico y promoción cultural, con la tecnología como aliada central en su expansión.
Salta lidera el ranking de las mejores provincias argentinas para observar aves gracias a contar con 333 especies que la confirman como el destino número uno de esta modalidad del turismo de naturaleza que cobró mayor relevancia a partir de esta nueva normalidad post Covid donde los viajeros eligen vacacionar al aire libre rodeados de verde.
Consolidada como un ícono del turismo cultural, Salta también sobresalió en el denominado Global Big Day que el pasado 13 de mayo celebró el avistamiento de pájaros, actividad en la que fue escoltada por Misiones con 305 especies mientras Buenos Aires culminó tercera 252 por delante de Córdoba y Corrientes que se situaron en cuarto y quinto lugar con 245 y 241 respectivamente según informó el sitio web eBird.










