“Antes de la pandemia, el turismo aportaba entre el 12% y el 14% de nuestro Producto Bruto Interno (PBI), queremos retornar paulatinamente a ese nivel y tenemos esperanzas en los feriados de Semana Santa como horizonte inicial para la recuperación del sector”, afirmó Tekaia en declaraciones formuladas a la agencia EFE durante la reciente Feria Internacional de Turismo (FITur) celebrada en la ciudad de Madrid.
Consultada sobre la procedencia de los visitantes extranjeros, la funcionaria tunecina explicó que la mayoría son europeos porque los ciudadanos de países más alejados como aquellos de Asia o Latinoamérica resultan “más difíciles de atraer” aunque el gobierno, junto al sector privado, tiene interés en expandir su oferta hacia Sudamérica a lo largo de las próximas décadas.
Entre los turistas europeos, España aportaba unos 200.000 viajeros anuales antes de la revolución tunecina de 2011. Esta cifra mermó con los cambios políticos que acontecieron en Túnez durante la pasada década. La situación empeoró aún más con la irrupción del coronavirus porque, actualmente, España contribuyen con apenas 10.000 pasajeros por año.
“A partir de marzo próximo, estimando que la pandemia se estabilizará, para ingresar a Túnez habrá que tener un pasaporte sanitario en vigor que acredite que se recibió el esquema completo de vacunas anti-Covid y un PCR negativo realizado 48 horas antes de su llegada al país”, adelantó Tekaia revelando que el gobierno de este país africano revisará la obligatoriedad de estos testeos a partir de abril de 2022.
Por último, la funcionaria describió a su país como un destino limpio, ecológico y seguro cuyos habitantes brindan toda su hospitalidad e historia a los viajeros.
“Los turistas que vengan a Túnez se se encontrarán con un universo de oasis y desiertos, la puerta del Sáhara, somos un país árabe con profundas raíces europeas, un auténtico puente entre culturas”.