Con veinte kilómetros de extensión la bahía de Sídney funciona como un mirador panorámico de su arquitectura entre la que sobresale el edificio de la Opera House y el el Puente de la Bahía.
Paso obligado de yates, ferris y veleros, es un punto ideal para recorrer con tiempo deteniéndose a cada paso para tomar fotografía o videos del paisaje y su entorno que combina naturaleza e infraestructura edilicia del máximo nivel.
Segundo edificio más alto de esta urbe australiana, la torre de Sidney brinda una experiencia tan inusual como atractiva que te hará subir la adrenalina. Con el skywalk caminarás por el exterior del rascacielos cuyo suelo de vidrio transparente te hará sentir en las nubes.
También tiene un restaurante giratorio ubicado a trescientos metros de altura donde, si no te mareás, desgustarás un exquisito menú que incluye opciones veganas y también aptas para personas celíacas.
Otra vista espectacular la encontrarás subiendo el Puente de la Bahía a cuya cima podrás subir tanto en visitas diurnas como nocturnas para contemplar la ciudad bajo la luz de las estrellas.
Te sugerimos que te traslades en transporte público, aún mejor, en el micro turístico de dos pisos y techo descubierto que recorrer puntos emblemáticos como la Opera House, el Puente de la Bahía, la Torre de Sídney y la playa Bondi Beach.
Al caer la noche, se encienden las luces de bares, espectáculos, terrazas e incluso paseos en barco incluyendo un crucero con cena show, espectáculo musical y baile para rematar una jornada tan única como Sidney.
Australia difunde su turismo por diferentes vías conectándose con distintos públicos objetivos pero siempre con la misión de exhibir su cultura, paisajes e infraestructra ante potenciasles visitantes extranjeros como forma de captar divisas e incrementar su mercado laboral vinculado a la industria de los viajes.
A fines de marzo pasado, el gobierno australiano incorporó la canción Promise de la banda local de pop metal progresivo Voyager a su campaña publicitaria que promueve el turismo receptivo en la región occidental del país oceánico.
A mediados de abril pasado, por primera vez después de dos años de cierre de fronteras debido a la pandemia de Covid-19, Australia recibió un crucero internacional con la esperanza de retornar a las épocas previas a 2020 cuando arribaban 350 embarcaciones por año con un tráfico de 600.000 pasajeros que aportaban 3.800 millones de dólares en consumo de productos y servicios locales.