El enoturismo argentino tiene el máximo nivel internacional
Viernes, 13 Diciembre 2024 14:26

El enoturismo argentino tiene el máximo nivel internacional Foto: Argentina Traveler

Argentina, reconocida por la calidad de sus vinos, transformó al enoturismo en un motor clave para el desarrollo de la industria nacional de los viajes. Nuestras principales regiones vitivinícolas como las provincias de Mendoza, Salta, San Juan y Neuquén atraen a más de medio millón de de visitantes anuales interesados ​​en conocer bodegas para maridar tintos, blancos o rosados con las delicias gastronómicas locales. 

Mendoza, conocida como la capital mundial del malbec, lidera el enoturismo en el país. La Ruta del Vino en el Valle de Uco, Luján de Cuyo y Maipú ofrece experiencias premium , que incluyen visitas a bodegas boutique, maridajes con platos de autor y catas dirigidas por sommeliers. Además, las bodegas han ampliado su oferta con alojamientos exclusivos, spas de vinoterapia y paseos entre viñedos, convirtiéndose en destinos de lujo para los amantes del vino.

En el norte argentino, Cafayate, en Salta, destaca por sus vinos de altura , elaborados a más de 1.700 metros sobre el nivel del mar. La región es famosa por su Torrontés, un vino blanco aromático y fresco. Las bodegas locales combinan su oferta enoturística con recorridos por los Valles Calchaquíes, un entorno paisajístico único.

San Juan, por su parte, brilla con sus vinos Syrah y su tradición en la producción de pasas y aceites de oliva. El Valle de Pedernal es uno de los destinos emergentes en el mapa enoturístico argentino, donde las bodegas promueven un enfoque en la sostenibilidad y la agricultura orgánica.

Mendoza premiará a los líderes del enoturismo

En la Patagonia, el enoturismo ha ganado fuerza gracias a los vinos elaborados en Neuquén y Río Negro. Allí, los viñedos aprovechan el clima frío para producir Pinot Noir y Sauvignon Blanc de alta calidad.

Esta región del sur argentino ofrece paseos en bicicleta por los viñedos junto con catas en pequeñas bodegas familiares que le aportan un estilo artesanal a favor de los visitantes.

Según el Observatorio Vitivinícola Argentino, el turismo del vino genera más de 500.000 visitas anuales en el país, con un impacto económico que supera los 7.500 millones de pesos. Esta actividad no solo impulsa a las bodegas, sino también a sectores como la gastronomía, la hotelería y los servicios de transporte.

El enoturismo argentino combina paisajes espectaculares, excelencia enológica y experiencias culturales. Ya seas disfrutando de un Malbec en los Andes, un Torrontés en los Valles Calchaquíes o un Pinot Noir en la Patagonia, cada región ofrece un viaje único para los sentidos .

Pancho Bugallo y los vinos del Valle de Calingasta | Vinos y Pasiones