Este enfoque disminuye el impacto ambiental de las actividades turísticas al mismo tiempo que promueve prácticas que benefician a las comunidades locales y fomentan la preservación de la biodiversidad.
En Argentina, diversas iniciativas han sido implementadas para avanzar hacia un turismo más sostenible. Ejemplo de esto es la creación de áreas protegidas como el Parque Nacional Iguazú en la provincia de Misiones donde se gestionan cuidadosamente las visitas para proteger sus ecosistemas frágiles e impulsar al ecoturismo como una fuente de desarrollo económico responsable.
Además, Argentina adoptó normas que regulan el uso de recursos naturales y la gestión de residuos en áreas turísticas, fortaleciendo así su compromiso con la sostenibilidad.
A nivel global, se establecieron estrategias y acuerdos para impulsar el turismo sostenible. ONU Turismo promueve directrices para que los destinos minimicen el impacto ambiental y cultural de sus actividades turísticas.
Por su parte, la Declaración de Davos sobre Turismo y Clima instó a los actores de la industria de los viajes a reducir las emisiones de carbono y adoptar prácticas sostenibles en toda la cadena de valor.
En palabras de Taleb Rifai, ex Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (ex OMT y actual ONU Turismo), la sostenibilidad es la única manera de asegurar un futuro próspero para el turismo mundial.
Esta declaración subraya la urgencia de implementar medidas concretas para preservar el patrimonio natural y cultural sin dejar de generar beneficios económicos equitativos para las comunidades locales.
En Argentina, la Ley 25.998 de Turismo Sostenible promueve prácticas responsables entre los operadores turísticos y establece lineamientos claros para la gestión sostenible de los recursos.
Esta legislación abarca desde la promoción del turismo comunitario hasta la regulación de la actividad en áreas protegidas, garantizando que el crecimiento del sector no comprometa la biodiversidad ni degrade los paisajes naturales.
El turismo sostenible representa una oportunidad para transformar positivamente la industria de los viajes a nivel global.
Adoptar estas prácticas configura una muestra de respeto hacia las generaciones venideras para que puedan disfrutar de la belleza y la diversidad de nuestro planeta.