Conocida por su nombre en italiano, Firenze, la capital de Toscana vio surgir al Renacimiento en el siglo catorce como cuna de la arquitectura con su puente Vecchio y la catedral de Santa María del Fiore más el arte en los museos Uffizi y Bargello.
La localidad de San Gimignano cuenta con torres medievales en medio de calles angostas y empedradas que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su estilo arquitectónico te remitirá a la Edad Media al mismo tiempo que podrás degustar su vino blanco Vernaccia para maridar con el pan de higos y el queso pecorino, dos especialidades culinarias locales.
Enclavada en el centro de Toscana, las colinas del Chianti sobresalen por sus vinos tintos provenientes de bodegas en las afueras de pueblos rurales siendo recomendable visitar Castellina in Chianti, Radda in Chianti, Panzano, Greve in Chianti y Gaiole in Chianti. El castillo medieval Castello di Broglio ofrece vistas del valle más una bodega con las mejores cepas.
La ciudad de Pisa, aquella que es popularmente conocida por su torre inclinada, también es famosa por su pollo al chianti y la sopa de pescado.
La ciudad de Lucca resulta un destino único por sus murallas medievales y la catedral de San Martino. A nivel culinario, te sugerimos probaar la pasta pappardelle al cinghiale (tagliatelle con salsa de jabalí).
Un estudio publicado en el sitio web Guida Viaggi reveló que el turismo de lujo fue el segmento de mayor crecimiento durante 2022 en Italia y, de acuerdo a las estadísticas registradas durante el trimestre pasado, se espera un progreso aún mayor para fines de diciembre próximo.
Según un análisis de la Asociación Nacional Italiana de Turismo (ENIT), el turismo de lujo italiano evolucionó un 12% en comparación a 2019 cuando todavía no había irrumpido la pandemia de Covid-19.