Uno de los pilares es la cultura de los vendedores ambulantes, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010. Entre 1970 y 1986, el gobierno reubicó a 18.000 puestos callejeros en centros gastronómicos con condiciones de higiene y seguridad, preservando los sabores tradicionales y convirtiéndolos en comedores comunitarios. Hoy, sitios como Lau Pa Sat, Maxwell Food Centre o Amoy Street atraen tanto a locales como a turistas, que pueden degustar platos de Asia y del mundo a precios accesibles.
El país también apostó por la conservación de sus barrios históricos, como Chinatown y Little India, reconocidos por el gobierno como áreas de preservación. En ellos se mantienen templos budistas, hindúes y musulmanes, casas comerciales centenarias y calles patrimoniales que reflejan la vida de las primeras comunidades inmigrantes. Sin embargo, estos espacios fueron renovados con cafeterías, restaurantes, hoteles boutique y tiendas culturales que ofrecen experiencias contemporáneas sin perder la esencia tradicional.
Ejemplos como The Social Space, en Chinatown, que combina cafetería, tienda y emprendimientos de impacto social, o la Casa de Tan Teng Niah y el templo Sri Veeramakaliamman en Little India, muestran cómo la ciudad logró unir la memoria cultural con la innovación creativa.

De esta manera, Singapur consolidó un modelo en el que la diversidad étnica, la gastronomía, los festivales y la arquitectura patrimonial se convierten en motores turísticos. La estrategia gubernamental de conservación, junto con la inversión privada, permitió que el país no solo mantuviera su identidad, sino que la convirtiera en un atractivo turístico de escala global.
El gobierno de Singapur jugó un rol crucial en el desarrollo del turismo de negocios, implementando políticas que fomentan la atracción de eventos internacionales y la inversión extranjera directa.
Según el Ministerio de Comercio e Industria de Singapur, el sector de reuniones, incentivos, conferencias y exposiciones (MICE) contribuye significativamente al PIB del país, representando aproximadamente el 1.7% del total económico nacional.
La conectividad aérea es decisiva, el Aeropuerto Changi de Singapur, galardonado repetidamente como el mejor aeropuerto del mundo, facilita conexiones rápidas y eficientes con más de cuatrocientas ciudades de los cinco continentes. Esto beneficia a los viajeros de negocios e impulsa el turismo de ocio.










