De esta manera, los pasajeros que arriben a República Checa deberán cumplir una serie de requisitos, entre los cuales será obligatorio presentar una prueba PCR realizada recientemente, sin embargo, tras el nuevo anuncio de las autoridades esta medida podrá ser evitada si el viajero puede demostrar mediante un certificado que cuenta con la dosis de refuerzo contra COVID-19 aplicada.
La norma impuesta por el Gobierno comenzó a funcionar el 27 de diciembre y tiene el objetivo de evitar la propagación de la variante Ómicron, la cual preocupa a muchas regiones del mundo y está expandiéndose especialmente rápido en Europa.
A pesar de lo comunicado, quedarán exentos de este requisito casos particulares como los ciudadanos checos, los residentes en el país, ya sean temporales o permanentes, y los menores de 18 años. En el caso de dichas personas solo deberán presentar el certificado que acredite la vacunación completa, sin necesidad de contar con la dosis de refuerzo.
Según lo anunciado, la medida impuesta a finales de diciembre buscará limitar la expansión de la nueva variante de coronavirus y será aplicada a las personas que arriben a la región desde todos los países.
Además, la persona que no esté vacunada tendrá la obligación de realizarse un segundo test de detección de coronavirus siete días después de haber ingresado al país y haber presentado el primer PCR.
Por otro lado, desde el Gobierno checo comunicaron que entre el 29 de diciembre y el 2 de enero de 2022 comenzará a funcionar una nueva norma que implicará la prohibición de las reuniones de más de 50 personas y que solo cuatro personas, recuperadas de la enfermedad o vacunadas contra el COVID-19, podrán sentarse en la misma mesa en los restaurantes, con excepción a los grupos que compartan un vinculo familiar.