Considerada como sub-rama de los viajes de salud y bienestar, el turismo médico movilizó a siete millones de personas anuales a nivel global hasta 2020 cuando irrumpió la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19.
Como un denominador común a nivel global, el turista que arriba a un destino para realizarse un procedimiento médico gasta cuatro veces más que un viajero que vacaciona en forma convencional.
Tal como lo explicó Juan Pablo de Zulueta, secretario de turismo en Benito Juárez, el derrame económico de un turista que visita el destino para practicarse un tratamiento médico promedia los 11.500 dólares.
Además, la estadía media del turismo médico ronda las doce noches que llevaron a desarrollar proyectos hoteleros en este segmento instalando consultorios en lo que poco tiempo antes eran habitaciones.
Presidente de la Comisión de Turismo Médico de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Andrés Jurado, opinó que Cancún tiene ventajas para seguir creciendo en este segmento.
“La cirugía plástica y dental se lleva un gran porcentaje de los pacientes que llegan, la odontología sirve como puerta de entrada ya que conocen la infraestructura para, en un futuro, regresar por otros procedimientos médicos”, añadió Jurado.