Con una población estable de setecientos habitantes, este pueblo de la provincia de Santa Fe pronto celebrará una década apostante al turismo como fuente de ingresos sustentables.
Sin necesidad de preocuparse por proteger la billetera y el teléfono celular, Lucio V. López es una localidad tan segura como aquellos viejos tiempos de puertas de casas abiertas y autos estacionados con las llaves puestos.
Como atracciones de esta localidad situada al noroeste de Rosario se recomienda visitar la usina abandonada en la vera del río Carcarañá y embarcarse en lancha para pescar bajo la dirección de un guía local.
La pesca varía según las condiciones climáticas porque, los peces de agua cálida no suelen merodear en invierno dado que estas aguas son más frías que la de otros ríos de la zona.
Para pernoctar, se sugiere hospedarse en los complejos de cabañas con aire acondicionado y servicio de conexión a Internet vía WiFi aunque también se puede acampar en el camping comunal.
Tanto para el almuerzo como la cena hay una parilla al costado de la ruta que se especializa en cortes de asado y platos regionales.
Creado en 1885, año en que fue habilitado el ex Ferrocarril Belgrano, su fundador José Rozzié quería bautizar al pueblo como Paso de las Piedras pero el gobierno provincial estableció que fuera llamado con el nombre del poete Lucio V. López, nieto de uno de los creadores del himno argentino. La comuna fue instaurada a fines de agosto de 1926.
Resultado de la iniciativa vecinal, se creó la Guardia Ambiental que combate la contaminación en el ecosistema de la Cuenca Hídrica del Río Carcarañá a la altura de este pueblo santafesino.
Formado por un equipo de expertos en preservación del medioambiente que siguen en constante capacitación sobre esta temática, la Guardia Ambiental resguarda; protege e instruye a los visitantes del Río Carcarañá.
Además, entre otras tareas, hace cumplir la Ordenanza Comunal N° 960/2020, la Ley Provincial de Áreas Protegidas N° 12.175 y el Decreto Provincial N°1579/12.