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La advertencia del legislador ruso resultó una suerte de respuesta a lo sucedió en las últimas dos semanas en la que varios estados miembros de la Unión Europea solicitaron que se impida la circulación internacional de aquellos viajeros que tengan visados rusos.
“No sólo perderán 21.000 millones de euros, también beneficiarían a otras economías porque los turistas rusos siempre tendrán otros destinos a los que viajar por afuera de los países que forman parte de la Unión Europea”, alertó Viacheslav Volodin dejando a sus pares del viejo continente ante una encrucijada en momentos donde sus finanzas aún no se recuperaron tras la crisis desatada por la pandemia de Covid-19.
La implementación de esta medida llegaría después que varios países vetaron os visados rusos pero que pretenden que este castigo sea coordinado por el Eurogrupo mientras otros estados se mantienen expectantes ante las medidas que se adopten desde la sede grupal en la ciudad belga de Bruselas.
Finlandia, Lituania y Estonia ya no emiten nuevos visados Schengen a los ciudadanos rusos aunque algunos protestaron dado que igual atraviesan sus fronteras utilizando visados expedido por otras naciones. Estos tres gobiernos sugirieron que sus países limítrofes implementen idéntica postura sin importar que la Unión Europea adhiera al veto colectivo.
El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, aseguró que este tipo de medidas no debían de tomarse de forma unilateral porque era una facultad inherente a la Comisión que es el único órgano habilitado para imponer sanciones.
Si bien determinados países expresaron su interés en restringir la emisión de nuevos visados a ciudadanos rusos, Portugal, Chipre y Grecia adelantaron su postura contraria a esta medida.
Tras dos años de inactividad a raíz de la pandemia de Covid-19, el turismo de Chipre no puede alcanzar sus ingresos previos a 2019 debido a la ausencia de cuatro millones de visitantes rusos que ya no pueden viajar a esta isla mediterránea debido a las sanciones económicas impuestas en repudio al accionar bélico.
Hasta antes del 24 de febrero pasado, fecha en que Putin invadió Ucrania, Rusia constituía la mayor fuente emisora con destino a Chipre a la que aportaba 780.000 de sus cuatro millones de turistas anuales.
Como otro antecedente similar, cuando la mayoría de los países europeos reciben visitantes extranjeros, Lituania no reactivó su turismo receptivo debido a ser limítrofe con Rusia cuyo presidente Vladimir Putin ahora quiere transportar mercadería por territorio lituano hasta Kaliningrado, algo que aleja a los viajeros que prefieren destinos más seguros.
Desde marzo pasado, España instauró políticas públicas destinadas a captar otros mercados emisores para suplir a los 134.000 visitantes rusos que llegaron en 2021.
En el último ejercicio antes de la pandemia, aquel correspondiente a 2019, España recibió 1,314 millones de turistas rusos que le generaron un impacto económico positivo de 1.356 millones de euros reflejando tanto la cantidad como el alto poder adquisitivo de este segmento.
