Hasta antes del 24 de febrero pasado, fecha en que Putin invadió Ucrania, Rusia constituía la mayor fuente emisora con destino a Chipre a la que aportaba 780.000 de sus cuatro millones de turistas anuales.
Aún con las restricciones sanitarias ordenadas para combatir los contagios masivos de coronavirus, Rusia le aportó a Chipre uno de cada cuatro de los turistas que ingresaron a esa isla mediterránea en 2021.
De acuerdo a estimaciones oficiales elaboradas por el gobierno chipriota a través de su ministerio de turismo, la ausencia de viajeros rusos implicará la pérdida de seiscientos millones de euros en consumos de productos y servicios locales ya que Moscú no sólo aportaba cantidad sino también calidad con visitantes de alto poder adquisitivo que tenía un gasto superior al promedio.
El turismo representa un motor de la economía de esta isla mediterránea ya que, en 2019 previo a la pandemia de Covid, le aportó 2.680 millones de euros que equivalen al 15% del Producto Bruto Interno (PBI) de Chipre.
"Nadie estaba preparado para este enorme cambio. Es un problema difícil de asumir, pero de alguna manera estamos tratando de hacerle frente. Hemos limitado algo los daños, pero es imposible reemplazar un número tan enorme de clientes", se sinceró el presidente de la Asociación de Directores de Hoteles, Christos Anglidis.
Por su parte, Panicos Muchail, director del Alion Beach Hotel, en Ayia Napa explicó que los rusos y ucranianos solían representar del 25 al 30% de sus huéspedes mientras el porcentaje restante correspondía a mercados como el centroeuropeo, en especial Suiza, Alemania, Austria e Inglaterra.
La ausencia de visitantes rusos no es el único reto ya que los daños económicos de la invasión militar se extienden a la crisis energética incrementando los costos de mantenimiento de las cadenas hoteleras.
Haris Loizides, presidente de la Asociación de Hoteles de Chipre, reveló que la electricidad se tornó en el segundo costo presupuestario más alto, unos escalones por debajo de los sueldos.
“Hay hoteles que me enviaron copias de sus facturas de electricidad donde consta que pagaron 100.000 y 150.000 euros mensuales de luz", alertó el titular de la entidad empresarial que nuclea a los establecimientos turísticos de Chipre.
Como otro antecedente similar, cuando la mayoría de los países europeos reciben visitantes extranjeros, Lituania no reactivó su turismo receptivo debido a ser limítrofe con Rusia cuyo presidente Vladimir Putin ahora quiere transportar mercadería por territorio lituano hasta Kaliningrado, algo que aleja a los viajeros que prefieren destinos más seguros.