San Pedro de Colalao
Considerada como la villa veraniega de la provincia de Tucumán, San Pedro de Colalao está enclavada en medio de la montaña, a 140 kilómetros de la capital provincial, siendo un destino ideal para quienes deseen realizar turismo rural y de naturaleza.
La hospitalidad de sus habitantes, sumado a los paisajes e historia, ganan adeptos una temporada tras otra. Sobresale por sus valles verdes; ríos cristalinos; montañas y el sitio arqueológico Piedra Pintada donde se exhibe el arte rupestre relativo a la fertilidad y agricultura. A
Además, tras recorrer un camino repleto de curvas, se accede al Monte Bello desde cuya cima se disfruta de una vista panorámica única e imperdible. En los ríos Tipas, Tacanas y Chulca se puede practicar natación de aguas abiertas junto con actividades náuticas como rafting y remo.
San Javier
A veinticinco kilómetros de la capital San Miguel de Tucumán, combina naturaleza e historia destacándose por el Mirador de San Javier desde donde se ven los valles circundantes y del centro resultando un destino especial para fotógrafos.
Alberga al refugio natural Reserva de Horco Molle en cuyos senderos se realizan caminatas y paseos con bicicletas de montaña incluyendo avistamientos de aves y pájaros autóctonos.
Como parte del parque Sierra San Javier, la Cascada Río Noque que forma una pileta cristalina para refrescarse o admirar el paisaje.
Simoca
Conocida como la capital argentina del sulky, Simoca está a cincuenta kilómetros al sureste de la capital tucumana destacándose por sus calles empedradas y casonas coloniales que reflejan la herencia cultural de la región.
Los visitantes pueden explorar la Iglesia de San Pedro y San Pablo construida en el siglo dieciocho donde revivirán la historia religiosa y arquitectónica de la zona.
Cada octubre se celebra la Fiesta Nacional del Sulky que homenajea a este típico transporte norteño que consiste en un carro tirado por caballos. Todos los sábados se instalan ferias y mercados locales que incluyen stands gastronómicos con dulces y productos derivados del azúcar.
Su reserva natural El Cadillal, atravesada por el río Marapa, configura un marco ideal para la pesca deportiva y actividades acuáticas.