Uno de los grupos más señalados son los turistas británicos, especialmente en España y Grecia, donde reciben comentarios negativos por su actitud poco considerada hacia los residentes locales. En las Islas Baleares y en Corfú, las quejas más comunes apuntan a que muchos británicos “olvidan que vive gente” en esos destinos y asumen erróneamente que todos los locales hablan inglés, una percepción que genera molestias en comunidades anfitrionas.
Sin embargo, la imagen de los británicos cambia notablemente en Francia donde son valorados por su elegancia, discreción y cortesía. Danaé Pestel, funcionaria de turismo en el sur francés, destacó que “los británicos cuidan mucho de no molestar”, destacando una relación más respetuosa y apreciada con el entorno y la población local.
El comportamiento de los turistas alemanes genera opiniones divididas. En Mallorca, un hotelero criticó que raramente intentan hablar español y consumen alcohol en cantidades similares a los británicos. Por su parte, en Francia algunos trabajadores del sector manifestaron sentir que “algunos nos tratan como si fuéramos del Tercer Mundo”, aunque también reconocieron que son “discretos y amables, con gran respeto por el lugar y el trabajo”.
Los turistas chinos también están en el centro de debates en varios destinos europeos, especialmente en Grecia y Francia. En Santorini, muchos residentes se quejan porque “obstruyen calles y se toman selfies desde los tejados de nuestras casas”.
Al ser consultados, los residente locales protestaron dado que, según ellos, generan molestias e inconvenientes por su comportamiento menos cuidadoso. No obstante, algunos comerciantes griegos de Mykonos valoraron su alto poder adquisitivo aunque criticaron un enfoque turístico más superficial y con menos consideración por normas sociales.
China se convirtió en la fuente turística emisora con mayor gasto a nivel mundial gracias a los 196.500 millones de dólares que sus ciudadanos gastaron en sus viajes al exterior durante 2023.
En Francia, la falta de cortesía internacional atribuida a algunos turistas chinos es otro punto de fricción, ya que suelen desconocer normas básicas de convivencia como evitar gesticular en exceso o señalar a otros, lo que afecta la percepción general de respeto hacia la cultura local.
Este estudio refleja que la experiencia turística es un delicado equilibrio entre visitantes y comunidades anfitrionas, donde el respeto y la adaptación cultural se vuelven claves para una convivencia positiva. Para los profesionales del sector en Europa, comprender estas dinámicas es imprescindible para mejorar la gestión turística y promover viajes más responsables y enriquecedores para todos.
En contraposición, El Real Instituto Elcano posicionó a España como el país más valorado por los turistas europeos en su denominado Barómetro de Imagen de España (BIE) que tiene a la madre patria como el destino mejor conceptuado en el viejo continente.