Con una calificación media de siete sobre diez, el estudio destaca aspectos clave como su clima, turismo y vacaciones que son tres items que fueron expresamente mencionados por el 27% de los encuestados.

La gastronomía también ocupó un lugar importante con el 17% seguida de las ciudades y la cultura que acapararon el 10% del total. Este logro se consolidó tras la recuperación de la percepción internacional de España después de la pandemia con un avance desde los 6.2 puntos registrados en el período más crítico del COVID-19.

En el ranking europeo, España superó a Dinamarca (6.9) e Italia (6.8). En claro contraste, Rumanía (4.5) y Francia (6.3) obtuvieron las puntuaciones más bajas de todo el continente. Este repunte subraya la capacidad de recuperación de la imagen de España en un contexto donde otras naciones enfrentaron descensos importantes.

Sin embargo, la autoimagen de los españoles es más crítica. Según el informe, los ciudadanos locales destacan problemas como corrupción y pobreza, otorgando una calificación de 3.4 a la calidad política, significativamente inferior a la percepción externa. Además, áreas como la economía (5.1 frente a 6.2) y el desarrollo tecnológico también reciben menor valoración por parte de los propios españoles.

Otros hallazgos del informe revelan que la inmigración es la principal preocupación en política exterior mientras que la vivienda y el cambio climático son temas prioritarios para una fracción significativa de los ciudadanos, aunque con menor relevancia que en otros países europeos. Marcas como Zara son reconocidas globalmente, reforzando la visibilidad internacional de España.