Considerado un ícono made in Italy de la alta cocina, el aceite de oliva se consolidó como un condimento gourmet que generó desde degustaciones hasta paseos guiados incluyendo el maridaje con quesos y vinos regionales.
El interés por este segmento turístico quedó plasmado durante la presentación de Evolio Expo, una feria internacional que reúne a actores clave del sector y que se celebrará en Bari en enero de 2025. Según el informe elaborado por Roberta Garibaldi en colaboración con Cittá dell'Olio y Unaprol, un 64% de los viajeros expresaron su deseo de seguir rutas temáticas del aceite de oliva.
Este sondeo reveló que las actividades preferidas abarcaron la compra de aceites locales a precios atractivos, participación en degustaciones guiadas con productos regionales y asistir a los procesos de producción.
Italia, tercer productor mundial de aceite de oliva después de España y Grecia, enfrenta un consumo interno de 600.000 toneladas anuales y una exportación de 300.000 a 400.000 toneladas que la convierte en un gran importador, principalmente de España y Túnez.
Esta dinámica resalta su importancia como productor al mismo tiempo que demuestra su capacidad para comercializar y posicionar sus productos a nivel global, reforzando la conexión entre su cultura y su gastronomía.
El turismo ligado al aceite de oliva no solo genera interés local, sino que también es un motor económico y cultural que combina tradición, innovación y sostenibilidad.
Experiencias como cenas al aire libre en olivares o la recolección de aceitunas ofrecen a los visitantes una inmersión en la identidad del territorio, consolidando al aceite de oliva como un símbolo del patrimonio italiano.