De esta forma, Finlandia se sumó a Polonia; Estonia; Letonia y Lituania que, a principios de septiembre dictaron la prohibición del arribo de viajeros rusos a sus respectivas naciones.
El ministro de relaciones exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, explicó que su gobierno autorizará la entrada de ciudadanos rusos que lleguen para visitar a familiares, trabajar y/o estudiar pero serán vetados cuando se trata de vacaciones o viajes de ocio.
Esta decisión se enmarca en un contexto de crisis total porque, esta semana pasada, se incrementó sobremanera la cantidad de jóvenes rusos que intentaron cruzar la frontera con Finlandia cuando el mandatario Putin convocó a 300.000 reservistas para trasladar al frente de batalla en Ucrania.
Ante esto, en una rueda de prensa ante medios de comunicación internacionales, el canciller finlandés expresó que la orden de movilización tuvo un "impacto significativo" en la medida.
En la actualidad, los rusos que visiten Finlandia deberán solicitar una visa por adelantado en un centro de su país con una invitación extendida por un contacto comercial o personal.
A principios de este mes, la Unión Europea suspendió un acuerdo migratorio con Rusia tornando más complicado y oneroso el trámite para obtener visas.
Desde que se produjo la invasión militar a Ucrania a fines de febrero, en el lapso de siete meses según estimaciones oficiales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de un millón de rusos viajaron a alguno de los veintisiete estados que integran la Unión Europea.
Finlandia, que comparte una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia y pide visa, reportó un aumento en la cantidad de personas que intentan cruzar su frontera. Esta situación se repite en Georgia, un país que no exige visa a los rusos.
Si bien no integra la Unión Europea pero es parte del área Schengen, Noruega suspendió el acuerdo que tenía con Rusia para que sus ciudadanos ingresen sin visa bajándole la cortina a una puerta de entrada para conectarse a veinticinco naciones del bloque continental.
Tras la crisis por la pandemia de Covid-19, cuando la mayoría de los países europeos reciben visitantes extranjeros, Lituania no reactivó su turismo receptivo debido a ser limítrofe con Rusia cuyo presidente Putin quiere transportar mercadería por territorio lituano hasta Kaliningrado, algo que aleja a los viajeros que prefieren destinos más seguros.
La advertencia del legislador ruso resultó una suerte de respuesta a lo sucedió en las últimas dos semanas en la que varios estados miembros de la Unión Europea solicitaron que se impida la circulación internacional de aquellos viajeros que tengan visados rusos.
“No sólo perderán 21.000 millones de euros, también beneficiarían a otras economías porque los turistas rusos siempre tendrán otros destinos a los que viajar por afuera de los países que forman parte de la Unión Europea”, alertó Viacheslav Volodin dejando a sus pares del viejo continente ante una encrucijada en momentos donde sus finanzas aún no se recuperaron tras la crisis desatada por la pandemia de Covid-19.