Este fenómeno tiene un fuerte impacto cultural, yespiritual, también económicoa cuyos beneficios que alcanzan a toda la cadena de valor del sector al generar empleo e ingresos de divisas.

El epicentro es la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México, considerada el santuario católico más visitado del mundo. Allí llegan cerca de 20 millones de personas cada año para venerar la imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de México y símbolo de identidad para millones de latinoamericanos.

Otro punto clave es el Santuario de San Juan de los Lagos, en Jalisco, que convoca a unos 9 millones de visitantes anuales. Su prestigio se debe a la devoción a la Virgen de San Juan de los Lagos y a la magnitud de las festividades del 2 de febrero y el 15 de diciembre, fechas en las que miles de peregrinos se congregan en la ciudad.

En Guanajuato, el Cerro del Cubilete es escenario de la peregrinación al Cristo Rey, una estatua de 23 metros inaugurada en 1950 y ubicada a 2.500 metros sobre el nivel del mar. La festividad de noviembre reúne a miles de fieles y ofrece un paisaje natural que enmarca la experiencia espiritual.

La Secretaría de Turismo de México destacó que esta forma de viajar genera ingresos directos para el sector y multiplica oportunidades en comunidades locales, desde el alojamiento y la gastronomía hasta los servicios de transporte y guías.

Planificar con anticipación es clave para quienes deseen visitar estos sitios en fechas de gran concurrencia. La magnitud de la convocatoria convierte a México en un caso único: un país donde la fe, tradición y turismo se encuentran para movilizar a millones de personas cada año.