La ministra de cultura y turismo de la provincia de Mendoza, Nora Vicario, consideró que los protocolos sanitarios contra el Covid-19 fueron más estrictos en Chile y por eso,  ahora con la flexibilización de las medidas restrictivas y la merma de contagios, comenzaron a cruzar la frontera para disfrutar de las bondades e infraestructura de este destino turístico nacional.

"Mendoza viene muy bien en cuanto a reservas para septiembre. Seguimos con una agenda intensa y tenemos un alto índice de ocupación hotelera para el fin de semana de las Fiestas Patrias de Chile que nos volverá a proveer de una gran cantidad de visitantes", expresó la titular de la cartera provincial.

A través de una conferencia de prensa brindada en la capital provincial, Nora Vicario opinó que “el turismo internacional, especialmente el chileno, le hace muy bien a Mendoza, también el turismo que viene desde Brasil como del resto de los países”.

Los beneficios del turismo receptivo, como creación de empleo e ingreso de divisas, hicieron que el gobierno mendocino reedite sus campañas de promoción para atraer viajeros provenientes de países vecinos que son los que nivelan la balanza durante la temporada baja argentina.

Este viernes, el gobierno mendocino confirmó que sumará una frecuencia más de vuelos de la aerolínea Gol entre semana para viajar de manera directa desde la capital provincial a la ciudad brasilera de San Pablo, el mayor centro financiero sudamericano.

La tierra del sol y el buen vino también es uno de los destinos más elegidos de la Argentina en este receso de mitad de año. Según datos oficiales gubernamentales, 240.000 personas recorrieron la provincia de Mendoza durante las dos semanas de vacaciones invierno en la que se registró un promedio del 90% de ocupación hotelera e ingresaron 1.560 millones de pesos en consumo de productos y servicios locales.

Como continuación del éxito turístico del último fin de semana largo del 17 al 20 de junio pasado, quienes vacacionaron en Mendoza gastaron alrededor de 6.500 pesos diarios con un pernocte que promedió los cuatro días por persona superando los índices de arribos y estadías registrados en las vacaciones de invierno de 2019 cuando aún no había irrumpido la pandemia de Covid-19.