Cinco pueblos franceses para distenderse en contacto con la naturaleza
Viernes, 06 Octubre 2023 04:45

Honfleur Honfleur

Francia es mucho más que París porque las pequeñas villas galas son destinos turísticos ideales para combinar la tranquilidad rural con una gastronomía tan única como su paisaje tal como a continuación te detallamos.

Con pequeños comercios, mercados abarrotados de productos artesanales y terrazas para disfrutar de una merienda o desayuno al aire libre, estos cinco pueblos franceses son una gran opción para quienes desean vacacionar en Europa sin el ajetreo ni el stress  que impera en las ciudades del viejo continente.

1 - Domme

Con baja densidad poblacional, esta localidad de la región de Aquitania, en la zona de Dordoña-Perigord, sobresale por sus villas medievales conservadas para contrastar con la modernidad y tecnología de sus actuales construcciones. Aún se mantiene parte de la muralla que protegía al pueblo en el siglo dieciocho.

Se recomienda recorrerlo caminando para disfrutar al máximo de la arquitectura de la iglesia con su mirador al valle del río Dordoña, casas históricas, Plaza del Mercado y Plaza de La Rueda.

Su gastronomía es variada y tiene restaurantes de buena calidad para degustar productos locales.

Domme. Fuente: Francia Turismo

 

2 - Honfleur

Esta aldea de Normandía se caracteriza por sus calles bordeadas de tiendas, restaurantes típicos y casas con fachadas de madera que la convierten en uno de los destinos más bellos de la costa norte de Francia.

Se recomienda visitar la Lieutenance, la puerta de Caen y la iglesia Sainte Catherine, construida con madera que la torna un símbolo emblemático de este pueblo costero. La Iglesia se reconvirtió en el Museo de la Marina siendo parada obligatoria para apasionados de la historia.

La capilla Notre-Dame-de-Grâce es una antigua construcción que fue testigo de las primeras exploraciones que marcaron los principios de la colonización de Canadá. Los viajeros también encontrarán en el lugar el Puente de Normandía, uno de los más grandes a nivel mundial.

3 - Ploumanac’h, la Costa de Granito Rosa

Esta región debe su nombre a las gigantescas zonas de granito que surgen al borde del litoral, y está ubicada entre Trébeurden y Perros-Guirec. Sobresale por sus calas;  arena blanca y agua turquesa. Su flora y fauna es un sello propio digno de una postal.

Este es uno de los tres litorales de granito rosa que existen en el mundo gracias a la combinación de tres minerales como la mica, feldespato y cuarzo. Este fenómeno natural llama la atención de turistas de todo el mundo por su paisaje único y hermoso.

Es conveniente visitar el puerto pesquero, la capilla de Nuestra Señora de la Claridad, Monumento Histórico, y el museo de la Historia y las Tradiciones de Baja Bretaña.

Desde el faro de Ploumanac’h se divisa el castillo de Costaérès y el archipiélago de las Siete Islas, reserva natural que alberga la colonia de aves marinas más importante de la Francia metropolitana. También incluye al oratorio de Saint-Guirec, un monumento que parece flotar en el mar con la marea alta

Ploumanac’h. Fuente: Getty images

4- Chartres

Situada a las puertas de París y de los Castillos de Loira, Chartres es reconocida internacionalmente gracias a su catedral designada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Sus avenidas repletas de puestos del mercado desembocan en el pequeño puente emblemático de la zona.

Chartres también posee calles pintorescas, casas con secciones de madera, cerros que conectan la ciudad alta y la baja, puentes de piedra y antiguos lavaderos inclinados sobre el Eure.

Además, el destino cuenta con sabores artesanales que puede paladearse en algunas de sus terrazas al aire libre.

5 - Saint-Guilhem-le-Désert

Esta aldea se encuentra en el valle de Hérault, Languedoc-Roussillon, al sur de Francia. Combina paisajes mediterráneos con pueblos de gran patrimonio cultural. Los mercados rebalsan de productos cultivados en la región como las aceitunas y los vinos.

En el corazón de las gargantas del Hérault, en el Val de Gellone los turistas podrán visitar el pueblo medieval conservado de Saint-Guilhem-le-Désert. Con sus calles antiguas y estrechas, es una caminata ideal para realizar en días soleados y observar las casas pintorescas de techos de tejas.

 

La abadía es Patrimonio de la Humanidad junto con el tramo francés del Camino de Santiago a Santiago de Compostela en el oeste de España.

La abadía de Saint-Guilhem-le-Desert lleva su nombre en honor al nieto del duque de Aquitania, uno de los caballeros protegidos por el emperador Carlomagno. El cristiano ofreció a la abadía la reliquia de la Cruz Verdadera, que le regaló Carlomagno. Gracias a esta, el monasterio pronto prosperó y llegó a ser un importante lugar de peregrinaje en el sur de Francia.


Saint-Guilhem-le-Désert . Fuente: Francia Turismo